Porque lo mío,
no es de otros.
Si quieres ser de otros
que lo seas,
entonces,
ya no eres mi canción.
Porque lo mío, es mío.
No tengo necesidad,
de andar de flor en flor.
Yo no soy de aire,
soy de fuego.
El fuego quema,
y para las cenizas,
no hay perdón.
No soy de agua tampoco,
no ando de boca en boca,
ni de cama en cama.
No necesito un glisando,
para interpretar mi melodía del amor.
Soy celoso por naturaleza,
los celos me carcomen,
como las termitas al caserón.
Me entran por los ojos,
por los oídos,
recorren mi cuerpo,
irritan mis nervios con dolor.
Lo mío, no lo comparto,
en la cama;
“No soy comunista,
ni esquimal”.
No quiero que tus piernas,
se abran a otras fiebres.
Ni que otros nombres,
figuren en tu corazón.
Mas, si esto te incomoda,
si tus instintos,
son más calientes
que tu razón.
No me culpes de celoso,
o inseguro.
Olvídame,
búscate otros mejores.
Se de otros,
que otros te bajen los calores.